Panamá, 18 nov (PL) La posible confirmación de que el rascacielo Trump Ocean Club, ubicado en un barrio exclusivo de esta capital, tenga vínculos con el lavado de dinero y cárteles de la droga, mantiene expectante hoy a los panameños.
Los reportes de los principales medios de prensa istmeños resumen este sábado una investigación de la organización británica Global Witness (Testigo Global), sobre cómo el actual presidente Donald Trump vendió su nombre «a un desarrollo en Panamá que era utilizado para lavar dinero» de la droga.
Las evidencias de los vínculos con cárteles colombianos y la mafia rusa apuntan al brasileño prófugo de la justicia panameña Alexandre Ventura Nogueira, a quien se le atribuyen las ventas anticipadas de un tercio de los 666 apartamentos residenciales del complejo, que además de hotel, incluye un casino.
Muchas residencias se compraron en bloques, algunas ventas se hicieron con acciones al portador (anónimas), y frecuentemente se usaron compañías de propiedad secreta, ocultando las identidades de los titulares, denunció Global Witness, que mencionó algunos nombres de confesos lavadores de activos.
En una entrevista reciente citada por medios internacionales, Ventura aseveró que se reunió «muchas veces» con Ivanka Trump, hija del preisdente estadounidense, porque era la representante de la organización familiar en la franquicia de Panamá. «Ella se acordaría de mí», dijo.
«Nadie en la Trump Organization, incluyendo la familia Trump, tiene recuerdos de haberse reunido o hablado alguna vez con esa persona», dijo Alan Garten, jefe de asuntos jurídicos de la institución, según despachos de prensa.
La ONG inglesa recomendó al Congreso de Estados Unidos investigar las revelaciones, y exigir al sector inmobiliario en todos los países que sepa quiénes son sus clientes y la fuente de sus fondos para garantizar que no ocurra un narcolavado en ese mercado. «Ahora que Donald Trump es presidente, su negocio es el negocio de la nación. Afirma ser duro con el crimen y las drogas, y sin embargo, ha ganado millones vendiendo su nombre a un desarrollo en Panamá utilizado para lavar dinero proveniente de las drogas», dijo Eryn Schornick, asesora de Global Witness.
En mayo último, otra denuncia vinculó al actual mandatario norteño con el narcotraficante Louis Pargiolas Castaño, uno de los inversionistas del lujoso edificio de 70 plantas, a quien un tribunal de la ciudad de Miami condenó a tres años de prisión en febrero de 2011 por el delito de narcotráfico.
También, en el Trump Ocean fue capturado en diciembre pasado Daniel Viteri, considerado uno de los capos de la droga más buscados y por el cual la policía ofreció 20 mil dólares de recompensa por la información de su paradero, pero en enero pasado un tribunal lo declaró inocente y ordenó liberarlo.
Viteri, también conocido en el bajo mundo como El Patrón, confesó en el juicio: «pertenecí a la DEA (Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos), yo capturé a uno de los más pesados de los carteles aquí en Panamá, con mil 200 kilos de droga».